Queridos fieles de Ribera del
Fresno:
En la Misa de ayer, 1 de enero,
ya hice público mi deseo (=mi oración) para todos vosotros en este nuevo año, y
hoy aprovecho con el mismo motivo nuestro blog para impartir mi bendición a
cada persona de nuestra comunidad, esté en el pueblo o fuera, cerca o tan lejos
“físicamente” como nuestro misionero Serafín. El Señor esté con vosotros, y os
bendiga haciendo de todos vosotros su bendición para los demás.
Hemos empezado el 2021 como
siempre, con la esperanza puesta en Él.
Lo cierto es que también nuestras
expectativas de un año mejor están como aguardando a que pase algo muy especial
que ya (de hecho) está ocurriendo: que la vacuna contra el Covid19 nos ayude a
derrotar al temido virus. Sin embargo podemos sentir que por otra parte no
somos capaces como sociedad de poner los medios que tenemos al alcance para
ayudarnos a nosotros mismos a vencerlo, como ha quedado manifiesto en la
reciente dolorosa subida de número de
contagios (que ha provocado las nuevas medidas tomadas en nuestra región para
luchar contra él).
¡¿Podemos decir que ESPERAMOS
algo bueno para todos sin una actitud personal y colectiva responsable ante los
demás, sin tener cuidado incluso de las queridas personas con las que
convivimos?!
Cada uno/a ha recibido 365 velas
encendidas en este nuevo año para desgastarlas alumbrando y dando calor
alrededor nuestro. Descubrámonos cada día como luz que lucha y disuelve toda
oscuridad, empezando por esa atención cariñosa al más próximo…
Una vez más, a nivel de Comunidad
Cristiana, damos gracias a Dios por esa Luz. ¡Y cuántos dones más que
agradecerle! ¡Cuánto recibido! ¡Somos unos privilegiados! Y cada regalo de
Dios, recibido con agradecimiento, para que dé fruto, y éste abundante, en
nuestras vidas. Retome cada cual esos valores que tiene quizás a veces
escondidos por “la costumbre” o algo atrofiados por la “falta de uso”, y
dejemos todos que el Espíritu Divino nos haga CRECER JUNTOS (aunque sea
teniendo un metro y medio de distancia física entre nosotros, o a veces sea
solo “virtualmente”), animándonos desde ese mismo Espíritu, compartiendo…
PORQUE FORMAMOS UN SOLO CUERPO.
Abrazos y besos, aún solo
“virtuales”…
Nemesio Frías Palanco, vuestro sacerdote